Recuerdo que estaba en la universidad aspirando a graduarme en la carrera que siempre había deseado estudiar cuando comenzaron los comentarios sobre el fin del mundo, el cual supuestamente, se predecía en el calendario de los mayas.
Dentro de poco, se acerca el tan esperado comienzo del 2012, fecha en la que algunos continúan pensando que va a ser el fin del mundo.
Según se recoge en algunos artículos el 21 de diciembre del 2012, el sol al recibir un fuerte rayo sincronizador proveniente del centro de la galaxia cambiará su polaridad y producirá una gigantesca llamarada gigante, lo cual afectaría, por supuesto, a la tierra.
Otras versiones refieren que los mayas consideraban al astro rey como un ser vivo que respira y que cada 5125, o sea un período cíclico, recibe el chispazo de luz produciendo erupciones solares y cambios magnéticos, y a partir de ese momento, se producirían una serie de cataclismos.
También se dice que la primera profecía de los mayas plantea que desde 1993 la humanidad tendría 13 años para realizar cambios de conciencia, de actitud y para rectificar y detener las acciones destructivas que afectan al planeta y a los que lo habitan.
Algunos relacionan a la serie de cataclismos que preceden la era del Quinto Sol con los terremotos ocurridos en Chile y Japón. El primero modificó el eje de la Tierra en 8 centímetros y el segundo lo varió en 10, además de alagarse casi 4 metros según fuentes de la NASA, lo cual presupone avances de lo que está por venir.
No obstante, hace ya varios meses, más de un año, se desmintió la idea de que los mayas dejaron prescrito el fin del mundo. En una de las entrevistas realizadas a raíz de las especulaciones del apocalipsis estuvo, por ejemplo, la de Miguel Ángel Chiqin Yat, sacerdote maya de la comunidad Quecchi, al norte de Guatemala.
En esta dejó bien claro que a las especies que habitan el globo azul aún no les llega su hora: “los ancestros nos indican que para entonces llegaremos al final del Quinto Sol, lo que significa una nueva esperanza, un nuevo amanecer para toda la humanidad”.
Soy de las que creen que el fin del mundo es algo que puede ser predecible, pero no por un calendario u otra escritura antigua, sino que se ilustra en la forma en que el hombre se manifiesta en esta época. Aclaro, no es que descarte la posibilidad de que alguna “tragedia espacial” nos afecte.
Pero como van las cosas los cambios climáticos son señales del daño irremediable que han causado al planeta las guerras, la contaminación del medio ambiente y otras acciones criminales del hombre.
Esta son contraseñas de humo que nos indican que la subsistencia de todos en la tierra está en nuestras manos, y principalmente en la de los dueños de los monopolios de extracción de combustible o los promotores de la carrera armamentista, por sólo citar ejemplos.
En conclusión considero que el fin del mundo podemos evitarlo los seres humanos.